martes, 30 de septiembre de 2008

El Zoo de la Moda


Grandes y pequeños, niños y mayores. Casadas, solteras, viudos y viudas. Albañiles, costureras, ingenieros y abogadas. Guapos, guapas, feos y menos feas... todos, completamente todos, sorprendidos y asustados. El Zoo de la Moda ha llegado al barrio y se ha instalado en una céntrica tienda de ropa.

El escaparate es llamativo, sí señora. Y han logrado captar la atención de medio barrio: los niños señalan con el dedo y llaman a sus madres asustados; algunas señoras aceleran el paso temerosas de recibir un zarpazo de la tigresa o el abrazo del oso; y algún que otro estudioso y amante de los animales ha acampado frente a la tienda para estudiar el extraño y curioso comportamiento del lobo, porque aún no se ha zampado a la oveja.

Lo dicho: el Zoo de la Moda ya está aquí. Y alabo su función de llamar la atención, la cual cumple con creces. Y aunque pueda resultar soberbio y pedante, y nadie me haya pedido mi opinión, me parece uno de los escaparates de más dudoso gusto que he visto en mucho tiempo.

Pero que nadie se ofenda –y menos la señora Merina y doña Miau- porque no es mi intención.


Gracias.


lunes, 29 de septiembre de 2008

Caprichosas palomas


Curiosas imágenes las que me ha prestado una amiga para mostrarlas en esta bitácora. En las mismas podemos ver la distribución, casi simétrica de las palomas en un rosetón lateral de la iglesia (en concreto, el que da al parque de don Tomás Aldecoa).

Las dos imágenes no son de buena calidad, cierto, por lo que pido disculpas. Pero, plasman un momento único que nunca volverá a repetirse dada la imprevisibilidad de los animales.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Kintone Barri (o nuestro Edificio Capitol)



Mientras fotografiaba el edificio Kintone Barri situado en la calle Mezo, esquina con Aldaietas miré y remiré y le encontré cierta similitud con el precioso Edificio Capitol situado en la Gran Vía de Madrid.

Aquel edificio, inaugurado en 1933, está considerado como una de las mejores muestras del art decó de los años treinta del pasado siglo XX y su silueta y cartel luminoso de Swcheppes lo han convertido en un emblemático edificio y uno de los símbolos de la Gran Vía madrileña.

Nuestro Kintone Barri, aparte de más moderno, es más modesto. Y siempre me ha llamado la atención el mosaico en el que aparece el nombre del edificio, que corresponde al antiguo caserío Kintone que estuvo situado en la contigua calle del mismo nombre.

Kintone Barri, posiblemente, no sea tan bonito como el Capitol. Seguramente, no pase a la historia por su innovadora arquitectura, ni logre nunca ningún premio en la Bienal de Arquitectura. Pero, posee algo que le convierte en único: su bonito mosaico de azulejos. A lo que hay que añadir que para algunos vecinos de Astrabudua también es un edificio único, porque es su morada.



lunes, 22 de septiembre de 2008

M de mercadillo y de música


Bandas, charangas y música, mucha música hemos podido escuchar durante este pasado fin de semana en Astrabudua. Desde gaitas gallegas y albokas, hasta jazz mezclado con ritmos procedentes de Jaipur, pasando por divertidos conjuntos de percusión, en el Musikale organizado por el ayuntamiento. Y a todo esto se le unió el ¡barato, barato! de los vendedores y vendedoras del mercado de oportunidades instalado en la plaza Mendiguren por la Asociación de Comerciantes de Astrabudua.

Realmente, me he divertido mucho de sábado a domingo en el barrio entre gangas y notas musicales, buscando entre las prendas alguna que no necesito, pero a cuyo precio no puedo resistirme... moviendo mis pies al ritmo de los tambores, mientras Félix, el del bigote, se marca unos muy personales pasos de baile como si se hallara en una verbena de pueblo.

¡Bravo por la música! como proclamaría Juan Pardo. ¡Vivan las rebajas! como gritaría mi vecina. Y que vuelvan a repetirse y que coincidan ambos acontecimientos, porque de ese modo en el mercadillo nos encontraríamos como en El Corte Inglés, con agradable hilo musical mientras buscamos esa ganga, la mejor de todas, la que nos quita el sueño y por la que nos pegamos con la señora de al lado. O el señor.