lunes, 27 de octubre de 2008

Época de setas


El pasado domingo, día 19, me tocó trabajar y al pasar por la plaza, camino del tren metropolitano, me topé con el tinglado que estaban montando los miembros, miembras y miembres de Atxazpe Mendi Taldea. Al igual que el turrón por Navidad, nuestros mendigozales aburrieron un año más con su tradicional muestra de setas, aunque debo reconocer que tiene mérito empecinarse en ello año tras año.

En el muestrario de setas y hongos, se pudieron contemplar diversos y muy variados tipos, entre los que no podían faltar: boletus edulis, amanita muscaria, lactarius deliciosus... Vamos, lo de siempre.

Sin embargo, este año hubo una novedad, aunque no pude quedarme para comprobarlo: ofrecieron una degustación de setas, lo cual es de agradecer aunque no fueran níscalos, ni pie azules.

También me resultó curioso ver a la mayoría de componentes de Atxazpe ataviados con ropa de monte. Personalmente, creo que cuando se levantaron por la mañana, y como sabían que tenían algo con el grupo se dirigieron al armario ropero y, legañosos aún, agarraron el polar, el pantalón desmontable y las chirucas sin meditar por un momento que ese día no había salida al monte. Pero, bueno... había que ponerse en situación y su indumentaria servía para ambientar un poco más. Sin embargo, ojo, en un congreso o reunión de carniceros, estos no vestirían de blanco y con mandil ensangrentado.

A propósito de Atxazpe. El sonoro nombre de este grupo de montañeros siempre me ha parecido la onomatopeya del estornudo. - ¡Atxazpe, Atxazpe! –estornudó uno.
-¡Salud! –respondió otro.

Bueno... que no se me ofendan los de Atxazpe. Es que me fastidió mucho tener que ir a trabajar en domingo.

viernes, 24 de octubre de 2008

Folclore popular

A continuación, una serie de fotografías tomadas el pasado domingo, día 12, durante la jornada de baile y música regionales que el Hogar Extremeño ofreció a los vecinos del barrio.

Actuaron formaciones gallegas, andaluzas y extremeñas.

Casi olvido colocarlas. Espero que os gusten.






jueves, 16 de octubre de 2008

Astrabudua, Planeta Tierra

Amanecer

Ni en las Montañas Rocosas, ni en las estepas rusas. También en Astrabudua podemos tomar bellas fotografías de la Naturaleza.

Hermosos amaneceres, bellos atardeceres... La luna a veces se muestra coqueta y sensual; el sol arrebatador y varonil y las nubes, pizpiretas y juguetonas.

Cielo azul... noche oscura y sobrecogedora. ¿Os habéis dado cuenta que desde nuestro pequeño barrio podemos ver el Cosmos?. Las estrellas del firmamento nos guiñan con su titileo, aunque son pocas las que podemos contemplar.

Sobre Astrabudua también hay cielo. Y sale el sol y podemos sentirnos diminutos ante la Naturaleza. El barrio es parte del mundo. O mejor, dicho: Astrabudua, está en el planeta Tierra.

Recientemente, la Naturaleza nos regaló un estupendo atardecer. El día se fue yendo, apagándose, sin hacer ruidito... sin molestar. Y, días después, despertó de golpe, violentamente, y prendido de fuego. Un fuego que prendió las nubes y calcinó los árboles. Y calentó más de un alma.

Yo fui testigo de ambos regalos. Y quiero compartir con vosotros su recuerdo y su belleza.

Atardecer

viernes, 10 de octubre de 2008

"Sabrosura" extremeña


Sinceramente, de la XXVII Semana Cultural organizada por el Hogar Extremeño, a mí lo que más me gusta es poder adquirir queso de cabra y patatera. Y no lo digo con ganas de subestimar la cultura popular extremeña. Lo que sucede es que valoro mucho su aspecto culinario. Y degustar un buen lomo embuchado, untar un poco de Torta del Casar en una hogaza de pan blanco y zamparme unas rosetas o perrunillas de postre es un gran placer, sobre todo, si puedo hacerlo en mi propia casa. Aunque Extremadura no es mal sitio para visitar de vez en cuando.

Ignoro si la crisis se habrá notado, pero yo he podido constatar que ha sido continuo el trasiego de sartas de chorizo, huevos de Valverde y garrafas de aceite durante el fin de semana que duró el mercado. Tal vez, menos recaudación lograron los artesanos, pero si se acercan hasta nuestro barrio, será porque realmente les compensa. Aunque me temo que, en cierto modo, su asistencia estará subvencionada, total o parcialmente. Esto lo ignoro por completo, aunque me lo imagino, teniendo presente cómo funciona el asunto de las subvenciones en Extremadura.

Pero ese es otro tema. Y a nosotros ahora nos ocupa el de los productos tremeños como a mí me gusta decir.

Así pues, entre raja de longaniza y taquito de queso, el domingo también vi bailar sevillanas, merengue, chachachá y su p... madre. Perdón: bailes de salón.

A mí me resultó muy aburrido, pesado y extremadamente soporífero ver hombres y mujeres (algunos ya abuelos) contoneándose al ritmo de sones caribeños y sevillanas sin guitarra. No lo digo porque sean jubilados o prejubilados, simplemente, es que no me gusta el baile en general. Pero, por otro lado, me pareció estupendo que aquellas bailarinas y aquellos danzarines nos mostraran sus habilidades sobre la pista y animaran la tarde dominical del barrio, aunque alguno que yo me conozco abandonara el anfiteatro entre bostezo y bostezo. Al que no vi, fue a Félix, que no se pierde ningún sarao. Tal vez espere al próximo chicharrillo para dejarse ver.

Por eso, exhorto a estos aficionados del pasito-para-aquí, pasito-para-allá a que continúen trabajando y perfeccionando su estilo y sirva la pintada de la foto que muestro a continuación para animarles a ello.



Mi agradecimiento al Hogar Extremeño, a los artesanos y tenderos, al queso de cabra y al paté de aceituna y a los bailes de salón. Y ¡Viva Tremaura!.

lunes, 6 de octubre de 2008

Nuevo velódromo en el barrio



Gran acogida por parte de los vecinos más jóvenes de Astrabudua del velódromo recientemente inaugurado en la calle Etxegorri en el tramo que discurre por la plaza Josu Murueta.

El velódromo fue abierto al público durante los meses estivales detectándose una gran afluencia, no sólo de ciclistas menudos, sino también de patinadoras, skaters, conductores de motos infantiles, triciclos, patinetes y sanchesquis.

Da gusto contemplar a nuestros niños y niñas mientras pedalean de uno a otro extremo del velódromo. Sus sonrisas son la mejor muestra de su alegría y disfrute y a todos sus papás y mamás se les cae la baba al verles imitar a Hinault, Iduráin, Tomy Hawks o Crivillé en sus correspondientes modalidades deportivas. Quién sabe si alguno de estos rapaces y rapazas logrará éxitos en el mundo de las dos ruedas o del motor.

Sin embargo, esta nueva actividad ha venido acompañada por un aumento de la peligrosidad, lo que ha provocado que se disparen los encontronazos y pequeños atropellos que sufrimos los viandantes. A los cuales ya estábamos acostumbrados cada vez que nos aventuramos a caminar por la peatonal.

No pasa nada... todo controlado por parte de los peatones. Pero que algunos papás y mamás dejen de salivar y tengan un poco más de cuidado con sus retoños. Sería de agradecer.

Eskerrik asko.