lunes, 25 de mayo de 2009

Uno de los nuestros en Tokio (Japón)


Domingo, 24 de mayo de 2009. Alrededor de las 22:30 horas, el canal de televisión Cuatro emite un programa titulado Viajeros, en el que en esta ocasión, los reporteros de este programa viajan a Tokio, capital del Japón. Y en ese momento, aparece en pantalla un chico de Astrabudúa al que le había perdido la pista desde hace varios años.

Ahí está, en la pantalla de mi televisor; algo más mayor y con menos pelo. No recuerdo su nombre, pero... sí, es él. Y nos cuenta desde Ginza, el centro del centro de Tokio, cómo es su día a día en la gran orbe nipona; comenta cómo es el modo de vida de los japoneses, nos muestra a su mujer y su casa, pero... cuando le preguntan de dónde es, duda durante unos instantes y responde: “De Erandio... una ciudad al lado de Bilbao”. ¡Cachis!. No ha dicho Astrabudúa.

Personalmente, creo que estuvo a punto de pronunciar el nombre de nuestro barrio, pero en el último momento no lo hizo. Ignoro sus motivos, pero no estimo que hubiera ni vergüenza, ni mala fe. Simplemente, que Astrabudúa no le diría nada a mucha gente o que le resultaría complicado explicar que se trata de un barrio, que pertenece a un municipio, situado junto a Bilbao. O que le entraron nervios.

Nada más. Sólo pedir que si alguien sabe de él (su nombre, dirección de correo electrónico u otro medio de contacto) que, por favor, me lo haga saber. Deseo enviarle saludos desde Astrabudúa ¡hasta Japón!.


PD.: Siempre he dicho que donde menos te los esperas hay alguien de Astrabudúa. Y el tiempo no hace más que darme la razón.

jueves, 21 de mayo de 2009

Santa Lechera de la Blanca Leche


Esta imagen, cuanto más la miro, más vergüenza me produce. Y lo que demuestra, aunque a simple vista pueda parecer un hecho ingenuo, no es más que otro ejemplo de lo que sucede en el País Vasco.

Inicialmente, se trata de una falta de respeto a una obra de arte. Podemos debatir si la estatua de La Lechera gusta o no gusta. Pero sí es arte, aunque no se trata de una de mis obras favoritas, la verdad sea dicha.

Por otro lado, que los aficionados del Athletic se sintieran eufóricos ante la Final de la Copa del Rey, no justifica “engalanar” a La Lechera con los colores del equipo y, menos, ponerle la “ikurriña” de las narices por mandil.

Pero lo mejor (o peor, según se mire), es el colocar velas encendidas a los pies de tan ilustre trabajadora del sector lácteo, como si fuera Santa Catalina de Siena o Santa Irene de Alejandría.

La fotografía es una estupenda muestra de en qué estado se encuentra la sociedad vasca y, por supuesto, también una parte de nuestros vecinos, pues confunden muchas cosas. En esta bendita tierra, hace mucho tiempo que la gente dejó de creer en Dios y el nacionalismo, el fútbol y el Athletic han ocupado su sitio. El País Vasco, posiblemente, fue la tierra más católica del mundo, pero ahora se ha convertido en un inhóspito lugar habitado por personas que tienen que demostrar su “vasquismo” y en Vizcaya, su amor por el Athletic. Porque, aquí, desde hace varias décadas no basta con “ser”, también hay que demostrarlo. Y en Astrabudúa, por desgracia, las cosas ya no son como antes, y también hay que demostrar que se es vasco, muy vasco y del Athletic. Y de creyentes en Cristo, nada de nada, porque eso ya no se lleva.

Recemos a Santa Lechera de la Blanca Leche a ver si logramos que numerosísimos vecinos del barrio cambien de mentalidad, pero lo veo muy difícil. Porque no es un tema de mente, sino de tripas, de sentimientos que han enraizado en lo más irracional del ser humano.

Este país se pudre poco a poco y, aunque la putrefacción también se está produciendo en Astrabudúa, parecía oculta. Pero sólo lo parecía.